sábado, 7 de abril de 2012

La escencia de la composición

Quizás lo que más me ha marcado en cuanto a lo que es la idea neta de componer algo propio, algo auténticamente mío no haya sido la música. Siempre voy a recordar la cita de Miguel Angel: "yo no esculpo una idea, solo saco la piedra que estorba, porque la obra ya está en la piedra, solo hace falta sacar lo que sobra" (libre interpretación de sus palabras).
La música no surge como una necesidad intelectual, eso es algo nuevo, de nuestra cultura racional y occidental. La música es otra cosa. Es SACAR EL SILENCIO cuidadosamente para que las notas que YA eran, SEAN! No enmarcadas en algún concepto de perfección, sino en lo que deben ser. Creo respecto a eso que el intelecto nos juega muy malas pasadas, el ego ante todo nos desvía del camino, lo que deberíamos ser, la imposición narcisista. Grandes composiciones se tratan solo de tres notas, o dos.... (la 5ta de Beethoven). Creo que muchas veces no permitimos que la gente vibre con nuestra música, porque no estamos escribiendo para la humanidad, sino para nuestro ego enmudecido.
Muchas discusiones he tenido con gente que alega que escriben mejor desde el instrumento, y sigo pensando.... los dedos son viciosos, tienen sus caminos, sus cosas infundadas en lo auditivo, en la música que realmente es nuestra, la que no podemos evitar escuchar. Es por eso que siempre recomiendo escribir en una plaza, con un mate de por medio, sin temor a lo inocente que pueda surgir. Finalmente, eso no será más que una voz que no debe ser callada, la voz de nuestra infancia quizás, nuestro lugar más puro e inocente. Porque quizás nuestra vida esté buscando la inocencia perdida, y la música debería reflejarlo.
Componer es otra cosa.... es llegar por otros medios. Finalmente necesitamos comprender que la mayoría de nosotros elegimos el arte plástico, la escultura, la literatura y la música porque las palabras no nos alcanzaron en varios momentos de la vida. Sería ridículo frenar nuestros impulsos más humildes y honestos con respecto a la composición, tiene que ser lo que tiene que ser. Tiene que ser lo que queda cuando le quitamos el silencio, con el último fin de ser sinceros, ser nosotros mismos sin máscaras, y porque la gente lo escucha, lo reconoce, y por eso vibra, porque finalmente no les hablamos de arriba de un pedestal, sino desde lo único que siempre vamos a compartir, ser humanos, permeables y vulnerables.
Es la voz que habla desde esta y otras vidas, la tenemos adentro. Es cuestión de una responsabilidad superior dejarla fluir. No somos dueños de nuestras piezas, somos solo un canal de expresión.
Daniel Camelo
7 de Abril del 2012

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